El valor de la generosidad para niños
La importancia de la generosidad
Se ha demostrado que los actos de generosidad, como dar tu tiempo, tu talento o tus recursos sin esperar nada a cambio, son buenos para nuestra salud: las personas generosas se sienten más satisfechas, más felices y más tranquilas consigo mismas, por no mencionar que son más productivas en casa y en el trabajo. De hecho, según un estudio reciente de la Universidad de California, las personas generosas viven más tiempo y con más salud.
La investigación de la Universidad verificó que la generosidad engendra generosidad, es decir, se propaga y transfiere, y tiene un efecto de retribución de varios grados de separación. La persona directamente afectada por su generosidad también actuará con más generosidad hacia los demás durante un tiempo considerable.
Las personas generosas tienen ventaja en lo que respecta a la salud. Las personas generosas suelen sentir el agradecimiento como un estado permanente del ser. Se ha comprobado que las personas que permanecen agradecidas de forma consciente, en lugar de las que lo eligen como un estado mental temporal, tienen comportamientos más saludables, un sistema inmunológico más fuerte, son más capaces de relajarse y tienen menores tasas de enfermedad.
Ejemplos de generosidad en la escuela
Criar a niños bondadosos y atentos en una época en la que se puede pedir y entregar casi cualquier cosa con solo pulsar un botón (o una orden) no es tarea fácil. Al fin y al cabo, Alexa puede parecer generosa y todo eso, pero no es donde los niños tienen que buscar la orientación de sus padres. Para ayudarte, hemos enumerado algunos consejos y trucos que te ayudarán a convertir las tendencias materialistas en una conciencia reflexiva (¡de verdad!), porque cuanto antes enseñes a tus hijos a ser menos egoístas y más generosos, mejor. Sigue leyendo para verlos todos.
Formas de mostrar generosidad en la escuela
Me encantan las noticias de fin de año que destacan actos de generosidad inspiradores: el veterano que donó su médula ósea para salvar a un niño de preescolar con leucemia o el personal de un restaurante que reunió su dinero para comprar un coche a un compañero de trabajo después de que le robaran el suyo. Estas historias son conmovedoras porque parecen tratarse de personas corrientes que son extraordinariamente generosas.
También comparto historias como estas con mi hijo -y le señalo los actos cotidianos de generosidad- con la esperanza de que él también crezca y se convierta en una persona extraordinariamente generosa. Además de hacer más felices a los niños, la generosidad puede ayudarnos a crear confianza y vínculos sociales más fuertes, e incluso a mejorar nuestra salud física, incluida la presión arterial y la calidad del sueño.
Por supuesto, hay muchas veces en las que mi hijo no tiene ningún interés en dar su camión de bomberos o sus LEGO a sus amigos. Eso no sólo está bien, sino que es totalmente esperable cuando se está en preescolar (¡también ocurre a veces con los adultos y sus cosas favoritas!). Pero para los padres que, como yo, quieren animar a sus hijos a ser generosos, los estudios recientes ofrecen algunas ideas y consejos prácticos.
¿se puede enseñar la generosidad?
Los niños observan y absorben de cerca lo que ven hacer a sus padres, por lo que la mejor manera de animar a los niños a comportarse de una manera determinada es modelando ese comportamiento usted mismo. Algunas investigaciones han descubierto que los niños son aún más propensos a copiar el comportamiento de sus padres si éstos les explican también lo que hacen y por qué lo hacen.
La investigación ha descubierto que los niños que pueden adoptar diferentes perspectivas y pensar en los demás son más propensos a compartir y ser generosos. La simple capacidad de entender que la perspectiva de alguien es diferente a la mía empieza a desarrollarse en los niños alrededor de los cuatro años.
Una forma fácil de fomentarla es hablar con tu hijo sobre cómo se sienten los personajes de los libros o las películas. También puede hablar de lo que pueden estar pasando las personas que reciben ayuda de las organizaciones benéficas esta Navidad.
Los niños que comparten comidas de tipo familiar, en las que todos se sirven de una olla común mientras se dan cuenta de cuánto queda para los demás, obtienen mejores resultados en las pruebas de altruismo en la edad adulta. Estas situaciones ayudan a fomentar la equidad y la generosidad entre los niños.