Para que sirve el tacto
La importancia del tacto
Cada uno de nosotros recibe información táctil sobre el mundo que nos rodea cada segundo del día. Ahora mismo, si estás sentado, tu trasero se está aplastando en tu silla. Probablemente las yemas de tus dedos estén tocando un ratón o deslizando el cristal de tu teléfono. Toda esta información es tan omnipresente, de hecho, que la única manera de darle sentido es desconectar la mayor parte de ella: probablemente no estabas prestando atención a estas sensaciones hasta que leíste estas palabras.
«No se puede desconectar el tacto. Nunca desaparece», dice David Linden, neurobiólogo de Johns Hopkins y autor del nuevo libro Touch: The Science of Hand, Heart, and Mind. «Puedes cerrar los ojos e imaginar lo que es estar ciego, y puedes taparte los oídos e imaginar lo que es estar sordo. Pero el tacto es algo tan central y siempre presente en nuestras vidas que no podemos imaginarnos perderlo.»
«Sobre-representa las zonas que tienen muchos receptores táctiles finos (como la cara, los labios, la lengua y los dedos) y subrepresenta las zonas que no tienen muchos receptores (como la parte baja de la espalda, el pecho y los muslos).»
Los receptores táctiles se llaman
Estás paseando por tu barrio y tu amigo te ve desde el otro lado de la calle. Cuando te alcanza, sientes un toque en tu hombro derecho. Giras la cabeza para mirar por encima de ese hombro y la ves sonriendo, emocionada por haberse cruzado contigo.
Puedes saber hacia dónde girar la cabeza para ver lo que ocurre detrás de ti porque los receptores táctiles de tu piel están organizados. Por eso puedes saber si te han tocado en el hombro derecho o en el izquierdo. ¿Pero qué pasaría si la información sobre el tacto no estuviera organizada? Sentirías el golpecito, pero no serías capaz de averiguar de dónde procede. Esto podría ser difícil y confuso, ya que cada vez que sintieras un golpecito tendrías que mirar a tu alrededor para ver qué estaba pasando. Incluso podría ser peligroso si lo que te tocara fuera dañino.
Afortunadamente, el sistema nervioso está muy bien cartografiado. Por ello, puede localizar rápidamente en qué parte del cuerpo le está tocando algo. Cuando algo toca la piel, los receptores situados bajo esa zona de la piel se activan. Este aumento de la actividad indica al sistema nervioso que ha habido contacto en una zona específica de la piel. Pero también ocurre algo más. Estos receptores envían una señal a todos los demás receptores que los rodean. Esta señal inhibe, o disminuye, el encendido de estos receptores circundantes. Esto permite al sistema nervioso averiguar exactamente qué parte del cuerpo está siendo tocada.
El sentido del tacto se llama
La piel le proporciona el sentido del tacto a través de las innumerables terminaciones nerviosas que tiene por todo el cuerpo. El tacto es el primero de los cinco sentidos que se desarrolla en el embrión humano. La piel informa al cerebro de las sensaciones, tanto placenteras como dolorosas, transmitiendo mensajes a través de una vía de receptores nerviosos. Se ha demostrado que el tacto desempeña un papel crucial en la salud física y emocional. De hecho, los tejidos nervioso y cutáneo comparten el mismo origen embriológico, por lo que el estrés puede provocar problemas en la piel.
El sentido del tacto se origina en la capa inferior de la piel, llamada dermis. La dermis está llena de muchas terminaciones nerviosas diminutas que le dan información sobre las cosas con las que su cuerpo entra en contacto. Su cuerpo tiene unas veinte terminaciones nerviosas diferentes en la piel que le indican si algo está caliente, frío o le va a hacer daño. Las terminaciones nerviosas transmiten esta información al cerebro y a la médula espinal, también conocidos como sistema nervioso central (SNC), a las zonas donde percibimos los estímulos. Para ello, las terminaciones nerviosas de los receptores sensoriales convierten la energía mecánica, térmica o química en señales eléctricas.
10 datos sobre el sentido del tacto listverse
El último vídeo de Greater Good presenta a nuestro editor ejecutivo, Dacher Keltner, sobre la ciencia del tacto. En él, explica la investigación de vanguardia sobre las formas cotidianas del tacto que pueden aportarnos equilibrio emocional y una mejor salud.
Pero tras años de inmersión en la ciencia del tacto, puedo decirles que son mucho más profundas de lo que solemos creer: Son nuestro principal lenguaje de compasión, y un medio primordial para difundir la compasión.
En los últimos años, una oleada de estudios ha documentado algunos increíbles beneficios para la salud emocional y física que se derivan del tacto. Estas investigaciones sugieren que el tacto es realmente fundamental para la comunicación humana, la creación de vínculos y la salud.
Esto es lo que hicimos: Construimos una barrera en nuestro laboratorio que separaba a dos desconocidos entre sí. Una persona introducía su brazo a través de la barrera y esperaba. La otra persona recibía una lista de emociones y tenía que intentar transmitir cada una de ellas mediante un toque de un segundo en el antebrazo del desconocido. La persona cuyo brazo se tocaba tenía que adivinar la emoción.