Aprendizaje mediante el juego
Ver más
El aprendizaje a través del juego es un término utilizado en educación y psicología para describir cómo un niño puede aprender a dar sentido al mundo que le rodea. A través del juego, los niños pueden desarrollar habilidades sociales y cognitivas, madurar emocionalmente y adquirir la confianza en sí mismos necesaria para participar en nuevas experiencias y entornos[1].
Las principales formas de aprendizaje de los niños pequeños son el juego, la compañía, la actividad, la exploración y las nuevas experiencias, la conversación consigo mismos, la comunicación con los demás, la superación de retos físicos y mentales, la demostración de cómo hacer cosas nuevas, la práctica y la repetición de habilidades y la diversión[2].
Según los defensores del concepto, el juego permite a los niños dar sentido a su mundo. Los niños tienen una curiosidad natural por explorar y el juego actúa como un medio para hacerlo. En el libro Einstein Never Used Flash Cards, se enumeran cinco elementos del juego infantil:[3]
El juego de rol y el juego de simulación implican creatividad, como por ejemplo: fabricar accesorios para usar o encontrar objetos para usar como accesorios. El juego también puede ser creativo cuando el jugador construye bloques de construcción, utiliza pintura o emplea diferentes materiales para construir un objeto. La creatividad no tiene que ver con el producto final, sino con el proceso del escenario de juego.
Ver más
El juego es un derecho legítimo de la infancia, que representa un aspecto crucial del desarrollo físico, intelectual y social de los niños. Este tema le ayudará a comprender los beneficios del juego y por qué debe ser parte integrante de la educación de los niños pequeños.
El juego suele definirse como una actividad realizada por sí misma, caracterizada por los medios más que por los fines (el proceso es más importante que cualquier punto final o meta), la flexibilidad (los objetos se ponen en nuevas combinaciones o los papeles se representan de nuevas maneras) y el afecto positivo (los niños suelen sonreír, reír y decir que disfrutan). Estos criterios contrastan el juego con la exploración (una investigación centrada en que el niño se familiarice con un nuevo juguete o entorno, que luego puede llevar al juego), el trabajo (que tiene un objetivo definido) y los juegos (actividades más organizadas en las que hay algún objetivo, normalmente ganar el juego). Desde el punto de vista del desarrollo, los juegos con reglas tienden a ser habituales a partir de los 6 años, mientras que el juego es muy frecuente entre los 2 y los 6 años.
Casi todos los niños juegan, excepto los que están desnutridos, sufren privaciones o tienen discapacidades graves. Entre el 3% y el 20% del tiempo y la energía de los niños pequeños se suele dedicar al juego1 , y en mayor medida en los nichos bien dotados.2 Si se priva temporalmente a los niños pequeños de oportunidades de juego, por ejemplo, manteniéndolos en un aula, después juegan durante más tiempo y con más vigor.1
Jean piaget
El Consejo Australiano de Investigación Educativa (ACER) ha estado trabajando con la Fundación LEGO en Dinamarca para entender el papel y el impacto del aprendizaje a través del juego en la escuela más allá de los primeros años. En esta actualización, las investigadoras Dra. Amy Berry, Kellie Picker y Rachel Parker analizan algunas de las características del aprendizaje lúdico, comparten ejemplos de prácticas en el aula y explican cómo los profesores pueden contribuir a nuestra comprensión del aprendizaje a través del juego en el aula.
ACER, junto con la Fundación LEGO, ha estudiado hasta qué punto se han utilizado las pedagogías lúdicas en las escuelas de todo el mundo, y su impacto en el desarrollo de las habilidades holísticas de los estudiantes. El libro blanco resultante descubrió que el aprendizaje a través del juego comparte características similares a otras pedagogías como el aprendizaje basado en proyectos, problemas e investigación. Puede ser muy eficaz cuando se dan ciertas condiciones propicias, como la formación del profesorado, la capacitación y el apoyo al liderazgo. El libro blanco proporcionó un marco para ver las experiencias de los niños en el aprendizaje a través del juego en la escuela.
María montessori
De adulto, Albert Einstein recordaba un acontecimiento fundamental en su vida que inspiró su interés por los descubrimientos científicos. Tenía cuatro o cinco años y estaba en cama por una enfermedad infantil cuando su padre le dio una brújula magnética de bolsillo para que jugara con ella. Se pasó horas dando vueltas a la brújula, preguntándose cómo la aguja sabía apuntar siempre hacia el norte.
El libro Internet Invention: From Literacy to Electracy , cita a Albert Einstein sobre cómo jugar con esa brújula inspiró su amor por la ciencia. «Todavía recuerdo», escribió, «que esta experiencia me causó una impresión profunda y duradera. Algo profundamente oculto tenía que estar detrás de las cosas».
Como padre, seguramente le encanta ver a su hijo jugar. Es increíble escuchar sus ideas y conocer los nuevos mundos que crean. También es divertido ver lo creativos que pueden ser al poner su imaginación al servicio del aprendizaje del mundo que les rodea.
Sin embargo, el juego es mucho más poderoso para los niños de lo que muchos padres creen. De hecho, es la clave del aprendizaje. Investigadores y educadores de todo el mundo han comprobado que el juego puede ayudar a enriquecer el aprendizaje y desarrollar habilidades clave como la indagación, la expresión, la experimentación y el trabajo en equipo.