Como evaluar un video educativo
Formulario de evaluación en vídeo
La evaluación del programa examina los parámetros, las necesidades, los componentes y los resultados del diseño del programa con vistas a mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Se trata de un enfoque complejo, que tiene en cuenta la evaluación de necesidades, la elaboración de planes de estudio y diversos modelos de revisión de programas.
Los objetivos de una evaluación de necesidades incluyen: examinar cómo está funcionando una iniciativa en relación con sus metas u objetivos, determinar el estado actual de las operaciones o decidir qué dirección futura podría tomar el programa.
Los mapas curriculares identifican cuándo y cómo se abordan las distintas habilidades, contenidos y objetivos en varios cursos. Un mapa curricular ayuda a los instructores y administradores a determinar cómo modificar la instrucción o los requisitos del programa para garantizar que el plan de estudios tenga la amplitud y la profundidad adecuadas.
La revisión de programas en las instituciones se generalizó en la enseñanza superior a finales de los años 60 como método formal de recopilación de datos para fundamentar la toma de decisiones sobre la asignación de recursos y el establecimiento de prioridades, para ayudar a poner en marcha o a suprimir programas o cursos, o para determinar las modificaciones para la alineación con la planificación estratégica institucional.
Cómo evaluar los contenidos de vídeo
Ahora que empiezas a ser más estratégico con respecto al contenido y al vídeo, es una buena idea saber en qué hay que fijarse a la hora de evaluar los productos de vídeo que están a punto de ser terminados. Lo más importante es tener en cuenta el objetivo final, y centrarse en las cosas que importan quitándose de en medio y evaluando el producto desde la perspectiva del consumidor. Hazte estas cinco preguntas cuando evalúes el contenido del vídeo para sentirte seguro del resultado final:
Mira la campaña de vídeo «Strong and Beautiful» de Hyundai Australia. Es un gran ejemplo de una empresa que evalúa un producto (en este caso el Hyundai Tuscan) con un público muy específico en mente: Mujeres de mediana edad que quieren algo que parezca elegante pero que siga siendo un vehículo potente y capaz.
Ejemplo de evaluación de un vídeo
Una de las principales consideraciones a la hora de elaborar materiales educativos, incluido el vídeo, es la carga cognitiva. La teoría de la carga cognitiva, articulada inicialmente por Sweller y sus colegas (1988, 1989, 1994), sugiere que la memoria tiene varios componentes (véase la figura). La memoria sensorial es transitoria y recoge información del entorno. La información de la memoria sensorial puede ser seleccionada para su almacenamiento temporal y su procesamiento en la memoria de trabajo, que tiene una capacidad muy limitada. Este procesamiento es un requisito previo para la codificación en la memoria a largo plazo, que tiene una capacidad prácticamente ilimitada. Dado que la memoria de trabajo es muy limitada, el alumno debe ser selectivo sobre la información de la memoria sensorial a la que debe prestar atención durante el proceso de aprendizaje, una observación que tiene importantes implicaciones para la creación de materiales educativos.
Basándose en este modelo de memoria, la teoría de la carga cognitiva sugiere que cualquier experiencia de aprendizaje tiene tres componentes (véase la figura). El primero de ellos es la carga intrínseca, que es inherente al tema que se estudia y está determinada en parte por los grados de conectividad dentro del tema. El ejemplo común que se da para ilustrar un tema con baja carga intrínseca es un par de palabras (por ejemplo, azul = blue), mientras que la gramática es un tema con una alta carga intrínseca debido a sus muchos niveles de conectividad y relaciones condicionales. El segundo componente de cualquier experiencia de aprendizaje es la carga germana, que es el nivel de actividad cognitiva necesario para alcanzar el resultado de aprendizaje deseado; por ejemplo, hacer las comparaciones, realizar el análisis, dilucidar los pasos necesarios para dominar la lección. El objetivo final de estas actividades es que el alumno incorpore el tema estudiado a un esquema de ideas ricamente conectadas. El tercer componente de una experiencia de aprendizaje es la carga extraña, que es el esfuerzo cognitivo que no ayuda al alumno a conseguir el resultado de aprendizaje deseado. Suele caracterizarse como la carga que surge de una lección mal diseñada (por ejemplo, instrucciones confusas, información adicional), pero también puede ser la carga que surge debido a la amenaza del estereotipo o al síndrome del impostor. Estos conceptos se articulan de forma más completa y hasta cierto punto se critican en una excelente revisión de de Jong (2010).
Vídeos educativos eficaces
Una de las principales consideraciones a la hora de elaborar materiales educativos, incluidos los vídeos, es la carga cognitiva. La teoría de la carga cognitiva, articulada inicialmente por Sweller y sus colegas (1988, 1989, 1994), sugiere que la memoria tiene varios componentes (véase la figura). La memoria sensorial es transitoria y recoge información del entorno. La información de la memoria sensorial puede ser seleccionada para su almacenamiento temporal y su procesamiento en la memoria de trabajo, que tiene una capacidad muy limitada. Este procesamiento es un requisito previo para la codificación en la memoria a largo plazo, que tiene una capacidad prácticamente ilimitada. Dado que la memoria de trabajo es muy limitada, el alumno debe ser selectivo sobre la información de la memoria sensorial a la que debe prestar atención durante el proceso de aprendizaje, una observación que tiene importantes implicaciones para la creación de materiales educativos.
Basándose en este modelo de memoria, la teoría de la carga cognitiva sugiere que cualquier experiencia de aprendizaje tiene tres componentes (véase la figura). El primero de ellos es la carga intrínseca, que es inherente al tema que se estudia y está determinada en parte por los grados de conectividad dentro del tema. El ejemplo común que se da para ilustrar un tema con baja carga intrínseca es un par de palabras (por ejemplo, azul = blue), mientras que la gramática es un tema con una alta carga intrínseca debido a sus muchos niveles de conectividad y relaciones condicionales. El segundo componente de cualquier experiencia de aprendizaje es la carga germana, que es el nivel de actividad cognitiva necesario para alcanzar el resultado de aprendizaje deseado; por ejemplo, hacer las comparaciones, realizar el análisis, dilucidar los pasos necesarios para dominar la lección. El objetivo final de estas actividades es que el alumno incorpore el tema estudiado a un esquema de ideas ricamente conectadas. El tercer componente de una experiencia de aprendizaje es la carga extraña, que es el esfuerzo cognitivo que no ayuda al alumno a conseguir el resultado de aprendizaje deseado. Suele caracterizarse como la carga que surge de una lección mal diseñada (por ejemplo, instrucciones confusas, información adicional), pero también puede ser la carga que surge debido a la amenaza del estereotipo o al síndrome del impostor. Estos conceptos se articulan de forma más completa y hasta cierto punto se critican en una excelente revisión de de Jong (2010).