Los procesos de motivacion y atencion propios

Los procesos de motivacion y atencion propios

Los procesos de motivacion y atencion propios

El proceso de motivación en psicología

Desde que se propusieron las primeras teorías sobre los motivos biológicos, como el hambre, la sed y el sexo, se ha investigado sobre diversos aspectos de la motivación humana para ampliar sus límites conceptuales y comprender la dinámica de la motivación. Como resultado, disponemos de importantes teorías psicológicas sobre la motivación, como la teoría del aprendizaje por refuerzo, la teoría de la necesidad, la teoría de la atribución, la teoría de la autoeficacia, la teoría de la autodeterminación, la teoría de la expectativa-valor, la teoría del objetivo de logro, la teoría del interés y la teoría de la autorregulación. No cabe duda de que estas teorías han contribuido a profundizar en nuestra comprensión de la compleja motivación humana, pero ya es hora de que un nuevo enfoque supere la limitación fundamental de las teorías tradicionales.
Las teorías existentes sobre la motivación tienen tres limitaciones. La primera es la vaguedad del concepto de motivación. Es prácticamente imposible trazar una línea clara entre la motivación y otros conceptos como impulso, necesidad, intención, deseo, meta, valor y volición. Debido a esta vaguedad conceptual, es difícil llegar a un consenso sobre si la motivación se refiere a un estado o a un proceso psicológico, por no hablar de su definición. Varios constructos de las distintas teorías de la motivación se solapan y suelen crear confusión. Por ejemplo, las vagas distinciones conceptuales entre la motivación intrínseca y el interés, la autoeficacia y la competencia percibida, el valor y la recompensa, la autorregulación y la volición dificultan la comunicación eficaz y los argumentos constructivos sobre el mismo fenómeno de la motivación.

Secuencia del proceso de motivación

Averiguar quién está motivado por qué puede ser un reto para los directores de RRHH y los empresarios. Pero con sólo un tercio de los empleados que dicen sentirse comprometidos, la teoría de la motivación nunca ha sido tan importante.
La teoría de la motivación es el estudio de lo que impulsa a una persona a trabajar para conseguir un objetivo o resultado concreto. Es relevante para toda la sociedad, pero es especialmente importante para las empresas y la gestión. Y es que un empleado motivado es más productivo, y un empleado más productivo es más rentable. De hecho, las investigaciones han demostrado que los empleados felices y motivados pueden aumentar la productividad en un 12% aproximadamente.
Existen herramientas de evaluación que ayudan a entender qué es lo que motiva a un empleado en particular. Pero mejor aún es un director que invierte tiempo en conocer a su personal. Esto significa que entiende las diferentes personalidades y puede averiguar sus comportamientos.
Los incentivos positivos, como una bonificación, o los negativos, como el miedo a ser despedido, pueden afectar a las personas de diferentes maneras. Algunos empleados se sentirán inspirados y alcanzarán logros, mientras que otros se verán consumidos por la ansiedad, lo que puede tener un efecto perjudicial en su productividad.

El proceso de motivación en la gestión

La motivación es lo que explica por qué las personas o los animales inician, continúan o terminan un determinado comportamiento en un momento determinado. Los estados motivacionales suelen entenderse como fuerzas que actúan en el interior del agente y que crean una disposición para llevar a cabo una conducta dirigida a un objetivo. A menudo se sostiene que los distintos estados mentales compiten entre sí y que sólo el estado más fuerte determina la conducta[1], lo que significa que podemos estar motivados para hacer algo sin llegar a hacerlo. El estado mental paradigmático que proporciona motivación es el deseo. Pero otros estados, como las creencias sobre lo que se debe hacer o las intenciones, también pueden proporcionar motivación.
Se han propuesto varias teorías que compiten entre sí sobre el contenido de los estados motivacionales. Se conocen como teorías de contenido y pretenden describir qué objetivos suelen o siempre motivar a las personas. La jerarquía de necesidades de Abraham Maslow y la teoría ERG, por ejemplo, plantean que los seres humanos tienen ciertas necesidades, que son las responsables de la motivación. Algunas de estas necesidades, como la de comida y agua, son más básicas que otras, como la de respeto por parte de los demás. Desde este punto de vista, las necesidades superiores sólo pueden proporcionar motivación una vez que se han satisfecho las necesidades inferiores[2] Las teorías conductistas intentan explicar la conducta únicamente en términos de la relación entre la situación y la conducta externa observable, sin referencia explícita a los estados mentales conscientes.

Modelo de proceso de motivación

Las estrellas internacionales de rugby y los pateadores Dan Carter, Jonny Sexton y Jonny Wilkinson, entre muchos otros, colocan el balón, se colocan, se dicen algo a sí mismos y, sobre todo, se dedican a poner el balón entre los palos.
Las investigaciones han demostrado que el uso de técnicas psicológicas puede mejorar el rendimiento deportivo (Krane y Williams, 2006). El uso de técnicas psicológicas, estrategias cognitivas o entrenamiento mental ha sido comúnmente utilizado por los atletas de alto rendimiento durante muchos años. Con la ayuda del crecimiento y el desarrollo de la investigación en psicología del deporte en los últimos tiempos, las estrategias cognitivas sistemáticas se han vuelto aún más comunes, ya que los atletas buscan formas de mejorar el rendimiento y obtener ventajas sobre sus oponentes. Una de las estrategias mentales más utilizadas por los deportistas es la autoconversación
Se ha demostrado que la autoconversación es beneficiosa para el aprendizaje de habilidades motoras (Hardy, 2006). Puede definirse como las verbalizaciones o afirmaciones que los deportistas se repiten a sí mismos antes o durante la ejecución de una habilidad. Estas verbalizaciones pueden estar diseñadas para afectar a la motivación, el control atencional, la concentración y el procesamiento de la información. Landin (1994) sugirió que el uso de palabras clave apropiadas puede ayudar a la concentración en la tarea al aumentar la atención en los estímulos relevantes para la misma. Hardy (2006) sugiere que el uso de palabras clave puede ayudar a los deportistas a ajustar su foco de atención hacia un enfoque atencional más apropiado para completar las tareas.