Reflexiones cortas para estudiantes

Reflexiones cortas para estudiantes

Reflexiones cortas para estudiantes

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Si toco una estufa caliente y me quemo la mano, inmediatamente aprendo que tocar una estufa caliente resulta en una mano quemada. Mi cerebro establece la conexión casi simultáneamente. No hace falta reflexionar mucho porque la conexión «cocina caliente=quemadura» es algo que mi mente hace casi inmediatamente.
Del mismo modo, supongamos que estoy conduciendo con mal tiempo y que voy MUY RÁPIDO para las condiciones. Si mi coche hace un trompo y me encuentro atrapado en una zanja, he aprendido una lección sobre la conducción con mal tiempo. De nuevo, la conexión es casi instantánea.
Imaginemos que soy un estudiante de cuarto grado, distraído por todo, desde la comida de la cafetería hasta el patio de recreo que hay fuera de la ventana de mi clase. Si suspendo un examen de matemáticas, ¿seré capaz de decir inmediatamente por qué? La mayoría de los niños no son lo suficientemente conscientes o maduros como para decirte por qué han suspendido algo (o, en algunos casos, por qué se han metido en problemas).    Cuanto más joven es el alumno, más difícil es esto.
Lo más probable es que, al no saber exactamente por qué he suspendido un examen, la única conexión que haga mi cerebro sea «Matemáticas = F». Como la mayoría de los niños realmente quieren tener éxito, los estudiantes también equiparan «F=Fracaso» y «Fracaso=Mal». No entienden que el fracaso forma parte del proceso de aprendizaje, en gran parte porque nosotros, como profesores, no permitimos a los alumnos rehacer el trabajo y aprender de los errores. Como resultado, llegan a odiar la asignatura o al profesor, sin saber realmente por qué más que «soy malísimo en matemáticas».

Actividades de reflexión de los alumnos

Crear curiosidad.  Cuando los alumnos aprenden nuevos conceptos o materias, suelen experimentar una sensación de incertidumbre y desequilibrio hasta que consiguen dar sentido a la nueva información. La reflexión crítica es necesaria para asimilar la nueva información y resolver el estado de desequilibrio.  Se necesita tiempo para hacerlo bien; despertar la curiosidad de los alumnos puede motivarlos a participar en el proceso de reflexión (Dewey, 1933; Rodgers, 2002). Ofrecer preguntas, actividades, problemas y tareas adecuadas puede ayudar a despertar la curiosidad necesaria.  Véase Ejemplos de tareas.
Hazlo de forma continua.  Incorpore «oportunidades periódicas y estructuradas para reflexionar e integrar el aprendizaje» (Kuh, O’Donnell y Reed, 2013).    Dado que la reflexión crítica es una forma definida de pensar, los estudiantes tienen que tener numerosas oportunidades a lo largo del curso y del programa para practicar y recibir retroalimentación.  Ver Ejemplos de tareas.
Conéctalo.  Las actividades para promover la reflexión pueden ir desde ejercicios de escritura/reescritura, actividades de resolución de problemas, debates, juegos de rol/simulaciones y trabajo en grupo, por nombrar algunas.  Sin embargo, para que sean efectivas, asegúrese de conectar explícitamente las actividades de reflexión con los resultados de aprendizaje del curso/programa, tareas específicas, conceptos del curso o experiencias.  Ver Ejemplos de tareas.

Preguntas de reflexión de los alumnos

La reflexión te ofrece la oportunidad de considerar cómo tus experiencias y observaciones personales conforman tu pensamiento y tu aceptación de nuevas ideas.    Los profesores suelen pedir a los estudiantes que escriban reflexiones sobre la lectura.    Lo hacen para animarte a explorar tus propias ideas sobre un texto, a expresar tu opinión en lugar de resumir las opiniones de otros.    La escritura reflexiva puede ayudarte a mejorar tu capacidad de análisis porque te obliga a expresar lo que piensas y, lo que es más importante, cómo y por qué lo piensas.    Además, el análisis reflexivo te pide que reconozcas que tus pensamientos están moldeados por tus suposiciones e ideas preconcebidas; al hacerlo, puedes apreciar las ideas de los demás, notar cómo sus suposiciones e ideas preconcebidas pueden haber moldeado sus pensamientos, y quizás reconocer cómo tus ideas apoyan o se oponen a lo que leíste.
En los programas profesionales, como los de negocios, enfermería, trabajo social, medicina forense y educación, la reflexión es una parte importante para establecer conexiones entre la teoría y la práctica.    Cuando se te pide que reflexiones sobre la experiencia en un puesto de trabajo, no sólo describes tu experiencia, sino que la evalúas basándote en las ideas de la clase.    Puedes evaluar una teoría o un enfoque basándote en tus observaciones y en la práctica y evaluar tus propios conocimientos y habilidades dentro de tu campo profesional.    La mejor manera de reflexionar sobre tus elecciones, tus acciones, tus éxitos y tus fracasos es dentro de un marco específico, como los temas del curso o los objetivos de las prácticas.    Los conceptos abstractos pueden volverse concretos y reales cuando se consideran dentro de tus propias experiencias, y la reflexión sobre tus experiencias te permite hacer planes de mejora.

Reflexiones cortas para estudiantes 2020

La reflexión es una parte básica de la enseñanza y el aprendizaje. Su objetivo es que seas más consciente de tus propios conocimientos y acciones profesionales «desafiando los supuestos de la práctica diaria y evaluando críticamente las respuestas de los profesionales a las situaciones de la práctica» (Finlay, 2008). El proceso de reflexión te anima a trabajar con otros, ya que puedes compartir las mejores prácticas y apoyarte en otros. En última instancia, la reflexión hace que todos los estudiantes aprendan de forma más eficaz, ya que el aprendizaje puede adaptarse a ellos.
En el resto de esta unidad, examinaremos con más detalle los fundamentos de la práctica reflexiva. Examinaremos la investigación en la que se basa la práctica reflexiva, discutiremos sus beneficios y exploraremos algunos ejemplos prácticos. A lo largo de la unidad, te animaremos a pensar en cómo puedes incluir la práctica reflexiva en tu propia práctica en el aula.
La práctica reflexiva desarrolla su capacidad para comprender cómo aprenden sus alumnos y la mejor manera de enseñarles. Al reflexionar sobre tu enseñanza, identificas las barreras que tienen tus alumnos para aprender. A continuación, creas lecciones en las que vuelves a enseñar cualquier contenido al que tus alumnos no hayan podido acceder para permitirles superar cualquier obstáculo y desarrollarse.