Una buena frase
Qué hace una buena frase
Cuando empezó a aprender inglés, es posible que haya memorizado palabras como: El significado de la palabra «good example» en inglés; Pero ahora que ya conoces el idioma, hay una manera mejor de aprender el significado de «good example» mediante ejemplos de oraciones.
Todas las partes de la oración en inglés se utilizan para formar oraciones. Todas las oraciones incluyen dos partes: el sujeto y el verbo (que también se conoce como predicado). El sujeto es la persona o cosa que hace algo o que se describe en la frase. El verbo es la acción que realiza la persona o cosa o la descripción de la persona o cosa. Si una frase no tiene sujeto y verbo, no es una frase completa (por ejemplo, en la frase «Went to bed», no sabemos quién se acostó).
Una frase compleja con «buen ejemplo» contiene al menos una cláusula independiente y al menos una cláusula dependiente. Las cláusulas dependientes pueden referirse al sujeto (who, which), a la secuencia/tiempo (since, while) o a los elementos causales (because, if) de la cláusula independiente.
Modo imperativo
La longitud de las frases es importante en cualquier escrito. Aunque no hay reglas fijas al respecto, las frases más cortas son mejores. Si la longitud de una frase media es de 15 a 20 palabras, lo mejor es variar la longitud en torno a esta norma en lugar de ceñirse a un único patrón que puede resultar monótono.
Si quiere introducir un elemento de ritmo o urgencia en su trabajo, lo ideal son las frases muy cortas. Pero tenga cuidado de no abusar de esta forma: una sucesión de frases cortas puede resultar tan tediosa como las largas.
Las frases más largas pueden ser útiles, pero deben mantener la lógica y la claridad; el gran peligro de las frases más largas es que el mensaje se desdibuja y los lectores pierden el contacto con la primera parte de la frase cuando llegan a la última. Esta última, por ejemplo, tenía 45 palabras, pero espero que el mensaje haya conservado la claridad. Cuando edites tus escritos, trabaja en tus frases; puede que algunas necesiten acortarse y otras alargarse.
Otro aspecto de la estructura de las frases es el ritmo. Esto no es fácil de enseñar; es más bien instintivo y proviene de la experiencia, tanto de la escritura como de la lectura. La buena escritura tiene un cierto ritmo que, a diferencia de la poesía, no es regular ni repetido; es más bien una secuencia sutil y satisfactoria de flujo de frases. Esta fluidez facilita la captación del sentido de la obra al mismo tiempo que se disfruta de la lectura.
Frase interrogativa
El inglés fue mi peor asignatura (junto a la salud) en el instituto hasta el segundo año de universidad, cuando dejé de cursarlo. Había caído en el síndrome de la regla vacía. No utilices el pronombre yo en una redacción; no empieces las frases con pero o porque; escribe los párrafos siguiendo el patrón de frase principal, cuerpo del texto y conclusión (aunque te aburra mucho decir lo mismo tres veces); varía la estructura de las frases. El problema con estas reglas es que nadie me dijo por qué ninguna de ellas sería especialmente útil.
«Variar la estructura de las frases» fue una regla que me intrigó durante años. Nadie me explicó la gramática y la sintaxis lo suficientemente bien como para que pudiera establecer conexiones útiles. Al principio pensé: «Bueno, puedo escribir frases largas y cortas, algo así como Hemingway». Luego practiqué la colocación enfática del material importante (al principio o al final de la frase, me dijeron) y la inversión (escribir la frase al revés). Nada de esto me llevó a ninguna parte, porque no podía unir el espíritu de una frase -el impacto emocional y fáctico que pretendía- con la idea de la estructura de la frase.
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Hay una montaña de significado enterrada en esas ocho palabras. Claro, si cambias la secuencia, cambias el significado, pero mientras no te metas en ese marco, la gente se quedará contigo (a diferencia del descarriado James Joyce).
Así que, cuando intentes que la gente responda a tus peticiones, se suscriba a tu boletín electrónico o done a tu causa… tienes que escribir frases seductoras, y tienes que hacerlo con naturalidad.
Compara «El primer día del invierno Moisés dio de comer su muffuletta al mamut lanudo» con «El último día del invierno Moisés dio de comer su muffuletta al mamut lanudo». El significado se acentúa en la primera frase y se minimiza en la segunda. Todo por una palabra.
La imaginación es la capacidad de que la gente vea el mundo que intentas pintar. A la gente inteligente le gusta usar su imaginación. No insultes su inteligencia sobreexplicando, pero tampoco abuses de ella matándola de hambre.
Utiliza verbos activos y sustantivos concretos y crearás imágenes de forma natural. «El buitre sangró». Introduce uno, dos o todos los cinco sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y sonido) y potenciarás esas imágenes: «El buitre gritón sangró».