Partes del estomago de la vaca

Partes del estomago de la vaca 2021

Los rumiantes (suborden Ruminantia) son grandes mamíferos herbívoros con pezuñas que pastan o ramonean y son capaces de adquirir los nutrientes de los alimentos de origen vegetal fermentándolos en un estómago especializado antes de la digestión, principalmente mediante acciones microbianas. El proceso, que tiene lugar en la parte delantera del sistema digestivo y que, por tanto, se denomina fermentación del intestino anterior, suele requerir que la ingesta fermentada (conocida como bolo alimenticio) sea regurgitada y masticada de nuevo. El proceso de volver a masticar el bolo alimenticio para seguir descomponiendo la materia vegetal y estimular la digestión se denomina rumia[1][2] La palabra «rumiante» procede del latín ruminare, que significa «volver a masticar».
Las aproximadamente 200 especies de rumiantes incluyen tanto especies domésticas como silvestres[3] Los mamíferos rumiantes incluyen el ganado vacuno, todos los bovinos domésticos y silvestres, las cabras, las ovejas, las jirafas, los ciervos, las gacelas y los antílopes[4] También se ha sugerido que los notoungulados también recurrían a la rumia, a diferencia de otros atlantogénicos que dependen de la fermentación más típica del intestino posterior, aunque esto no es del todo seguro[5].

Alce

El rumen y el retículo (reticulo-rumen) es el compartimento más grande del estómago de la vaca. La fibra, el almidón, el azúcar y las proteínas son fermentados por los microbios para formar ácidos grasos volátiles y proteína microbiana. Las papilas del rumen absorben los ácidos grasos volátiles.
El estómago de los rumiantes tiene cuatro compartimentos: rumen, retículo, omaso y abomaso. El alimento ingerido fluye primero por el rumen y el retículo, luego por el omaso y, por último, por el abomaso.
La capacidad del rumen de una vaca lechera adulta es de unos 184 litros (49 galones) y el retículo es de unos 16 litros (4,25 galones). Es uno de los hábitats microbianos más densos del mundo. Los organismos microscópicos llamados microbios del rumen descomponen (o digieren) el alimento ingerido mediante un proceso de fermentación. El rumen es el principal lugar de fermentación en la vaca. Hay entre 1.000.000 y 10.000.000 de bacterias por ml, 1.000.000 de protozoos por ml y una cantidad variable de hongos. La vaca no segrega ninguno de sus propios ácidos o enzimas digestivas en el rumen. Toda la digestión del rumen la realizan los microbios.

Partes del estomago de la vaca del momento

El tracto digestivo de la vaca está formado por la boca, el esófago, un complejo estómago de cuatro compartimentos, el intestino delgado y el intestino grueso (figura 1). El estómago incluye el rumen o panza, el retículo o «panal», el omaso o «manyplies» y el abomaso o «estómago verdadero».
El rumen. El rumen (en el lado izquierdo del animal) es el mayor de los cuatro compartimentos y está dividido en varios sacos. Puede contener 25 galones o más de material, dependiendo del tamaño de la vaca. Debido a su tamaño, el rumen actúa como una cuba de almacenamiento o retención de alimento. También es una cuba de fermentación. Una población microbiana en el rumen digiere o fermenta los alimentos ingeridos por el animal. Las condiciones del rumen favorecen el crecimiento de los microbios. El rumen absorbe la mayor parte de los ácidos grasos volátiles producidos por la fermentación de los alimentos por parte de los microbios del rumen. La absorción de los ácidos grasos volátiles y algunos otros productos de la digestión se ve favorecida por un buen suministro de sangre a las paredes del rumen. Unas pequeñas proyecciones llamadas papilas aumentan la superficie y la capacidad de absorción del rumen.

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La digestión es el proceso que utiliza nuestro cuerpo para descomponer y absorber los nutrientes almacenados en los alimentos, pero la capacidad de digerir los alimentos no es la misma para todos los animales. Las vacas, por ejemplo, tienen un sistema digestivo muy diferente al nuestro, y esto les permite prosperar con un menú compuesto principalmente por hierba.
Exploremos cómo las vacas son capaces de comer hierba. La clave de esta capacidad reside en el estómago. Después de masticar y tragar los alimentos, el estómago sirve de depósito donde comienza la digestión y los alimentos se separan en nutrientes individuales. A continuación, los alimentos pasan al intestino delgado, donde continúa la descomposición y el cuerpo absorbe los nutrientes. Este proceso digestivo básico también se da en las vacas, pero hay algunos pasos adicionales en el camino.
Las vacas son únicas porque tienen menos dientes que otros animales. En la parte delantera de la boca, los dientes (conocidos como incisivos) sólo se encuentran en la mandíbula inferior. En lugar de los incisivos superiores, hay una almohadilla dura y correosa (conocida como «almohadilla dental»). Además, el ganado vacuno tiene un labio superior relativamente inmóvil (en comparación con las cabras y las ovejas). Debido a esta anatomía oral única, una vaca utiliza su lengua para agarrar un trozo de hierba y luego morderlo. Los dientes de la parte posterior de la boca (conocidos como molares) están situados en las mandíbulas superior e inferior. Los materiales vegetales a veces contienen tallos duros, pero como la vaca mastica la comida con un movimiento de lado a lado, los molares desmenuzan la hierba en pequeños trozos que se digieren más fácilmente.