Si me necesitas silba
Hoagy carmichael
My Penguin Classics copy of Little Women, like Joey Tribbiani’s, is also in the freezer, though only metaphorically speaking. I’ve tried to read it on a couple of occasions and, sadly, failed on both occasions (Louisa May Alcott fans forgive me, but I’m never able to get past the first third of the novel). This has not been the case, however, with the film versions. All of «Jo and her sisters» filmed to date have passed through my eyes, especially the ’94 film directed by Gilliam Armstrong, which I have seen on more than one occasion.
Alhy K. Wood I live on the border between Fantasy and the real world. I am an accountant. If I close my eyes, emotional landscapes, characters, dialogues and stories struggle to make a figure, rescue themselves and rescue me.
Dan seymour
La historia de amor entre los actores Humphrey Bogart y Lauren Bacall ha quedado grabada en la historia como uno de los romances más románticos y escandalosos de Hollywood. Se conocieron durante el rodaje de la primera película de Bacall. Ella tenía 19 años, él 43. A pesar de su diferencia de edad, se enamoraron dentro y fuera de la pantalla. Durante un año de altibajos, entre 1944 y 1945, salieron del otro lado casados y perdidamente enamorados.
Nacido el día de Navidad de 1899, Bogart era hijo de un destacado cardiocirujano neoyorquino y de una directora de arte de una revista femenina. Le fue mal en la escuela y se alistó en la Marina para luchar en la Primera Guerra Mundial. Mientras servía en la Armada se hizo su característica cicatriz en el lado derecho del labio, según la biografía. Tras su baja honorífica en 1919, Bogart no sabía qué hacer con su vida. Conoció a un actor que le consiguió un trabajo como director de la compañía para la producción itinerante de una obra de teatro. Al año siguiente, obtuvo un pequeño papel con una sola línea. Le picó el gusanillo de la interpretación.
Su aparición como asesino fugado en El bosque petrificado atrajo mucha atención. Fue un papel que interpretaría en el escenario durante dos años antes de ser elegido para interpretar a un gángster o a un criminal en películas de finales de los años 30 como El gran O’Malley y Escuela del crimen. Rompió su encasillamiento en 1941, cuando consiguió el papel del detective Sam Spade en El halcón maltés. A continuación, fue contratado junto a Ingrid Bergman en la que se convertiría en la mejor película de la Academia en 1944, Casablanca.
Walter brennan
Lauren Bacall, la legendaria actriz cuya voz ronca fue un elemento básico de la época dorada de Hollywood, falleció el martes. Su carrera fue amplia y llena de matices, con momentos icónicos tanto en la pantalla como en el escenario.
Sin embargo, su actuación más destacada fue la primera. Bacall debutó con ojos brillantes en «Tener y no tener», de 1944, que la emparejó con un envejecido Humphrey Bogart. Bacall tenía entonces 20 años, era una chica de clase media del Bronx que hacía de modelo a tiempo parcial; Bogart tenía 44 años y estaba en la cima de su carrera. Su conexión fue inmediata, su química eléctrica.
Esto es más evidente que en la escena del «silbido» de Tener y no tener, en la que Bacall pronuncia una de las frases más famosas de la historia del cine. El personaje de Bogart, Harry «Steve» Morgan, un capitán de pesca en la Francia de Vichy, considera la posibilidad de llevar a miembros de la resistencia en su barco; Bacall, en el papel de Marie «Slim» Browning, intenta hacerle cambiar de opinión. Lo que sigue es tal vez el coqueteo más virtuoso que jamás se haya visto en la pantalla, un deslumbrante tramo de réplica en el que Bacall desarma a Bogart con una serie de bromas, lo besa porque «se preguntaba si me gustaría», lo atrae con algún soborno casual y bromas, y se va con un férreo recordatorio: «No tienes que actuar conmigo, Steve. No tienes que decir nada y no tienes que hacer nada. Nada. Oh, tal vez sólo silbar». Entonces: «Sabes cómo silbar, ¿no es así Steve? Sólo tienes que juntar los labios y soplar».
Tener y no tener
Cuando el director Howard Hawks se enteró de la relación, trató de poner fin a la misma diciéndole a Bacall que sólo era una aventura, que Bogart la dejaría una vez finalizado el rodaje. Incluso la amenazó con arruinar su carrera, diciéndole que la enviaría a los estudios «más bajos» de Hollywood. «Hawks le decía a Bogie: ‘No tienes que ir en serio con esta chica. Llévala al centro de la ciudad a un hotel y consigue una habitación con ella, eso es suficiente’. Esa no era la escena de Bogie en absoluto», reveló Bacall décadas después. A su madre tampoco le gustaba su nuevo novio. Cuando vino a visitar a Bacall, reflexionó en voz alta sobre lo que su hija estaba pensando al perseguir a un hombre casado 25 años mayor que ella y que tenía problemas con la bebida, según Biography.com. Por supuesto, nadie consiguió disuadir la unión. Bogart se convirtió en padre por primera vez a los 46 años, cuando la pareja dio la bienvenida a su primogénito, un hijo al que llamaron Stevie -supuestamente por el personaje de Bogart, Steve, en Tener y no tener- en enero de 1946.
Su hija, Leslie, nació el 23 de agosto de 1952. Tras el éxito de su primera película juntos, atribuido en gran parte a su química en la pantalla, la pareja fue elegida para participar en la película de cine negro The Big Sleep casi inmediatamente después. También protagonizaron juntos Dark Passage (1947) y Key Largo (1948). Aunque su relación se vio empañada por la infidelidad mutua -él con su peluquera de toda la vida, Verita Peterson, y ella con Frank Sinatra- su profundo cariño mutuo fue evidente hasta el final.