Cancer linfatico en perros

Mieloma múltiple en perros

La mayoría de nosotros hemos oído hablar del linfoma. Es un cáncer común en personas y perros, lo que no hace que sea menos aterrador para los propietarios de perros que reciben un diagnóstico de linfoma canino. Entender el linfoma puede ayudar a los propietarios a aceptar la enfermedad del perro, ayudándonos a tomar decisiones más informadas sobre la salud de nuestro perro.
El linfoma canino es similar al linfoma no Hodgkin en las personas. Es tan similar, de hecho, que los veterinarios y los médicos humanos utilizan casi los mismos protocolos de quimioterapia para tratar el linfoma en sus pacientes.
Desde el punto de vista científico, el linfoma es un término general utilizado por los médicos para describir un grupo de cánceres que provienen de los linfocitos. Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco que ayuda al sistema inmunitario a combatir las infecciones. Están muy concentrados en órganos que desempeñan un papel en el sistema inmunitario, como los ganglios linfáticos, el bazo y la médula ósea. Aunque el linfoma puede afectar a cualquier órgano del cuerpo, estos órganos suelen ser los que más cánceres de linfoma presentan.
Existen más de 30 tipos diferentes de linfomas caninos conocidos, que varían en cuanto a agresividad, tasas de supervivencia y signos clínicos. Los cuatro tipos más comunes de linfoma en perros que los propietarios deben conocer son:

Comentarios

El linfoma es uno de los tipos de cáncer más comunes en los perros, y representa entre el 10 y el 20% de todos los casos de cáncer canino. Es un cáncer de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco asociado al sistema inmunitario.
El linfoma puede empezar en cualquier órgano del cuerpo, pero normalmente se origina en lugares que funcionan como parte del sistema inmunitario, como los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y la médula ósea. Se conocen más de 30 tipos de linfoma canino, y sus síntomas pueden variar.
Otros tipos comunes de linfoma son el linfoma cutáneo, o linfoma de la piel, el linfoma alimentario o gastrointestinal, que es el linfoma del estómago y/o los intestinos, y el linfoma mediastínico, que afecta a órganos del tórax, como los ganglios linfáticos o el timo.
El linfoma suele diagnosticarse mediante una biopsia, un análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio, como un análisis de orina, para comprobar que los órganos funcionan correctamente. Una biopsia puede consistir en extraer tejido de la zona afectada para examinarlo en busca de células cancerosas, o en extraer células directamente de un ganglio linfático con una aguja y estudiarlas al microscopio.

Esperanza de vida del linfoma en perros

El linfoma es un cáncer del sistema inmunitario; puede afectar a cualquier parte del mismo (que recorre todo el cuerpo), pero es más frecuente en los ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea y los intestinos. Si tu perro tiene un linfoma, su tiempo de supervivencia dependerá del tipo que tenga, de dónde esté, de su agresividad, de su grado de extensión y de los síntomas que provoque.
Los fármacos quimioterapéuticos atacan las células cancerosas, frenan su crecimiento y reducen el tamaño del tumor. La quimioterapia puede prolongar significativamente el tiempo de supervivencia de tu perro (desde unos meses hasta posiblemente un año o más), pero la respuesta varía mucho y es imposible de predecir porque cada caso de linfoma es diferente. Es importante tener en cuenta que algunos tipos de linfoma no responden bien a la quimioterapia e incluso con una buena respuesta, tu perro no se curará; puede vivir más tiempo del que habría vivido sin tratamiento, pero finalmente su cáncer volverá a aparecer. La quimioterapia tiene efectos secundarios, pero hoy en día suelen ser leves.
Desgraciadamente, si su perro padece un linfoma y el tratamiento no le ayuda, lo mejor es sacrificarlo. A muchos propietarios les resulta muy difícil tomar esta decisión, por lo que su veterinario siempre está ahí para guiarle y ayudarle en el proceso de toma de decisiones. Su veterinario se asegurará de que tome la decisión correcta en el momento adecuado.

Ver más

Los linfomas son cánceres que surgen de los linfocitos (glóbulos blancos que combaten las enfermedades). Normalmente, estas células viajan por el cuerpo en el torrente sanguíneo y en otra red de «tubos» delgados llamados vasos linfáticos, que interconectan los órganos del sistema linfoide (bazo, ganglios linfáticos, timo). Los linfocitos pasan gran parte de su tiempo en estos órganos, donde tiene lugar la mayor parte de su actividad de lucha contra la enfermedad. Cuando un linfocito se vuelve canceroso, se divide de forma descontrolada y produce un gran número de células iguales, que abarrotan los ganglios linfáticos y los hinchan. Por eso los ganglios linfáticos (y a veces otros órganos linfoides) aparecen agrandados en los casos de linfoma.
El linfoma es uno de los cánceres más comunes en los perros. De hecho, el linfoma se produce con una frecuencia entre 2 y 5 veces mayor en los perros que en las personas y se calcula que aproximadamente 1 de cada 15 perros nacidos hoy en día padecerá un linfoma en algún momento de su vida, muy probablemente durante la edad adulta tardía (entre los 8 y los 11 años). Hay razas en las que el riesgo de por vida es mayor (y menor); aun así, el linfoma puede afectar a cualquier perro de cualquier raza y a cualquier edad.